Pruebas Serológicas Cuantitativas
as pruebas de anticuerpos de COVID-19, también conocidas como pruebas serológicas, determinan si una persona ha estado infectada en el pasado al detectar la presencia de anticuerpos o proteínas producidas en la sangre por el sistema inmune para ayudar a neutralizar el virus.
Es decir, a través de una gota de sangre la prueba detecta los anticuerpos que produce el organismo mientras está respondiendo o ha respondido en algún momento a esta infección. Estos anticuerpos son los IgM (inmunoglobulina M) y los IgG (inmunoglobulina G), que se adhieren al virus para desactivarlo o eliminarlo.
Si la muestra revela una elevada cantidad de anticuerpos, la prueba es positiva. Esto significa que una persona tiene o tuvo la enfermedad recientemente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda estos análisis para diagnosticar a un paciente que necesita atención. La razón es que el organismo puede tardar al menos diez u once días en liberar los anticuerpos IgM y los IgG, y luego pueden quedarse por dos o tres meses (potencialmente más tiempo) en el cuerpo antes de que sean indetectables, aunque el virus ya se haya ido.
Países como Perú y Colombia usan pruebas serológicas, pero el Ministerio de Salud de Colombia ha especificado que no se le considera como prueba diagnóstica de una infección vigente, sino que la usan para “identificar el contacto previo de una persona con el virus SARS-CoV-2”.
En tanto que el Instituto Nacional de Salud de Perú también ha declarado que usa las pruebas serológicas para detectar infecciones pasadas y “facilitar la vigilancia de la pandemia e identificar potencialidades inmunológicas”.
Esta prueba es útil también en pacientes sintomáticos. Los primeros días después de la infección se comienza a montar la respuesta inmune y los anticuerpos pueden no ser detectables, por lo que no se recomienda el uso de esta prueba como diagnóstico inicial.
Y finalmente, las pruebas serológicas nos ayudan a encontrar candidatos para donar plasma convaleciente. Este es un tratamiento que ha sido usado en algunos países para pacientes críticos de COVID-19. De ahí que también han sido un aporte importante para el desarrollo de las vacunas que puedan contrarrestar o controlar el COVID-19.